La osteopatía para lactantes, se aplica con técnicas manuales suaves para tratar problemas comunes como para liberar tensiones en el cuerpo del bebé, mejorar la movilidad de los tejidos y órganos, y corregir desequilibrios que pueden haberse producido durante el embarazo, o el parto. 

Cólico del lactante:

Se busca relajar la musculatura abdominal, mejorar la movilidad del sistema digestivo y facilitar la expulsión de gases. 

Plagiocefalia y tortícolis congénita:

Se utilizan técnicas para corregir desequilibrios en los huesos del cráneo y el cuello, mejorando su movilidad y forma. 

Problemas respiratorios:

Ayuda a mejorar la ventilación y a expulsar mucosidad, abordando tensiones en el diafragma y otras estructuras relacionadas. 

Estreñimiento:

Se trabaja para mejorar la motilidad intestinal y aliviar la incomodidad y la función digestiva. 

¿Cuándo llevar al bebé al osteópata?

Lo antes posible:

Se puede llevar al bebé desde el nacimiento. Cuanto antes, mejor, ya que la capacidad de respuesta del bebé es mayor en los primeros meses. 

Después de partos complicados:

Es especialmente recomendable si el parto fue instrumentalizado (fórceps, ventosa), gemelar o de nalgas, ya que el bebé puede haber sufrido traumatismos. 

¿Cómo funciona?

Técnicas manuales suaves:

Se emplean micromovimientos, manipulación craneosacral, manipulación visceral y liberación muscular, respetando la delicadeza del bebé. 

Enfoque global:

Se trabajan tensiones en tejidos, membranas y fluidos corporales para restablecer el equilibrio general del cuerpo. 

Compatible con la medicina convencional:

La osteopatía no es un sustituto de la medicina tradicional, sino un complemento compatible.